- Pedro Pablo Hernández
- Nacido en Tucumán (Argentina), el 24 de octubre de 1986
- Centrocampista
- Equipos: R.C. Celta de Vigo \ Atlético Tucumán \ Racing Montevideo \ DC United \ Defensor \ Independiente de Avellaneda \ Argentinos Juniors \ O'Higgins.
- Silencioso, tranquilo, serio, trabajador, disciplinado y siempre a su manera. El callado supo callar bocas, pues muchos le acusaron de ser el hijo predilecto de Eduardo Berizzo desde que llegó al Celta. Nunca lo tuvo fácil, pero finalmente se acabó ganando al público de Balaídos ofreciendo un juego fluido, dinámico, sacrificado y muy eficaz.
Durante su primer año como celeste tuvo que luchar más que nadie para demostrar que era un gran futbolista, ese tipo de jugador que se echa el equipo a la espalda y que da sentido a esa palabra que tanto se cita en su país natal, y es que Pedro Pablo Hernández es lo que se dice un "pelotero".
Se nacionalizó como chileno y jugó para la selección de ese país, también conocida como "La Roja". Pero Hernández nació en Tucumán (Argentina), y por eso le apodan cariñosamente como "Tucu". Antes de aterrizar en Vigo jugó para varios equipos, alguno uruguayo e incluso en los Estados Unidos, como miembro del DC. Pero fue con el O'Higgins chileno donde se sintió todo un campeón, donde siempre será recordado.
- Costó mucho que en España se apreciase su talento, pero Tucu lo tiene, o más bien lo derrocha. Es un centrocampista que actúa como volante, un gran recuperador de balones al que no es fácil arrebatarle la bola. Quizás por ello es un hombre acostumbrado a que le golpeen, le machaquen o le intenten detener a base de duras entradas, y es que Pablo sabe manejar el balón, aguantarlo, esconderlo y jugarlo. Es técnico y tiene muy buen disparo, por lo que sus esporádicos lanzamientos a puerta suelen acabar en gol. Al final ha dejado muchos detalles técnicos en la Liga Española, esa que abandonaría alegando motivos familiares.
Dio sus primeras clases de fútbol en el Racing de Avellaneda, dejando atrás su Tucumán natal siendo muy joven para crecer como futbolista en esta entidad bonaerense. Pero pronto volvería a su ciudad natal, y allí no tendría suerte en unas pruebas realizadas con el San Martín de Tucumán, de donde pasaría a probar fortuna con el Atlético, también de la ciudad.
Con este equipo haría su debut profesional en 2006. Durante dos temporadas mostraría un gran juego y buena puntería de cara al gol, pues en 35 apariciones dejaría una docena de goles. Aventurero como ninguno, Hernández cruzaría la frontera argentina con veintidós años para plantarse en Uruguay y fichar por Racing Montevideo, donde estuvo jugando durante el ejercicio 2008\09.
Siguió jugando al fútbol en el país vecino hasta 2011, aunque durante dos años perteneció al Defensor, de donde saldría cedido a Norteamérica para defender los intereses del DC United, de la Major League Soccer.
Tras tres años alejado de su Argentina natal, el mediocampista retornaría a su país para fichar por el Argentinos Juniors. Allí estuvo dos campañas antes de continuar con su largo peregrinaje deportivo, haciendo escala en Chile antes de volar hacia España.
A las órdenes de Berizzo, Hernández estuvo jugando en el Club Deportivo O'Higgins, club en el que se convirtió en todo un campeón, siempre idolatrado por la afición de Rancagua, para la que lució su mejor fútbol durante la campaña 2013\14.
En ese año de celeste, Tucu hizo once goles en apenas treinta partidos. Fue el motor de un equipo que acabaría conquistando la Supercopa y el Torneo de Apertura. Él fue el autor del histórico gol en la final del campeonato ante Universidad Católica.
- El "Toto" Berizzo abandonaría Chile para retornar a un Celta que antaño había defendido como jugador de campo. En su maleta se llevaría lo necesario para vivir en una Galicia que nunca olvidó, y en agradecimiento por la bienvenida, el técnico se traería un regalo cargado de magia llamado Pedro Pablo Hernández, al que ya conocían como "Tucu".
En junio de 2014 fue presentado como jugador celeste, pero en poco tiempo empezarían a llegar las incomprensibles críticas que le persiguieron durante su primer año en Balaídos. Lo cierto es que el chileno llegó con problemas físicos y tampoco logró acostumbrarse fácilmente a la Liga Española, en la que se estrenó el 30 de agosto, en un partido frente al Córdoba, correspondiente a la segunda jornada del campeonato liguero. En El Arcángel, andaluces y gallegos empataron a uno, aunque Tucu solamente había participado en cinco minutos del partido.
Dos semanas después llegaría su primer gol con la casaca celeste, en un vibrante partido frente al Atlético de Madrid celebrado en el viejo Vicente Calderón. Su tanto serviría para sacar un valioso punto de Manzanares, y el técnico celtiña comenzaría a contar con él a partir de entonces convirtiéndolo en uno de los fijos en sus esquemas. Muchos tardaron en verle la calidad, pero Pablo se dejaba la piel en cada partido sin poder agradar al respetable. Pocos eran los que se rendían ante el brillante talento del de Tucumán, que poco a poco iría silenciando toda crítica entre la hinchada viguesa.
Durante el siguiente curso dejaría clara su correcta adaptación a la competición española, todo a base de esfuerzo y sin la necesidad de ser respaldado por la opinión de su entrenador. Fue tan bueno su rendimiento durante aquella campaña 2015\16, que ya eran pocos los que se atrevían a cuestionar el juego del internacional chileno.
Hernández se había ganado a pulso una gran fama sobre el verde, ayudando a que el Celta se reencontrase con las competiciones europeas con la clasificación a la Europa League. Por si fuera poco, los de Berizzo rozaron la final de la Copa del Rey.
Al año siguiente fue una pieza fundamental dentro del equipo vigues, que volvería a alcanzar la semifinal de Copa, además de repetir ronda en la Europa League. Por desgracia, no hubo premio para Tucu y sus compañeros. La temporada 2016\17, acabaría con la rabia de no alcanzar ninguna de las dos finales, mientras que el entrenador, el gran valedor de Pablo, abandonaría el club olívico antes de llegar el verano.
Pedro Pablo Hernández celebra su último gol como jugador del Real Club Celta de Vigo. |
- Poco más tardaría Tucu en abandonar Vigo. Con la llegada de Juan Carlos Unzué al banquillo de Balaídos, el chileno dejaría de ser un jugador importante en el juego de un Celta que no convenció a nadie. Fue una desastrosa campaña que acabaría con el equipo más cerca de los puestos de descenso que de las ambiciones europeas.
Durante el verano de 2018, Pablo Hernández manifestó su deseo de regresar a Argentina alegando motivos familiares. El Real Club Celta no pudo negarse ante el anhelo de un profesional que se dejó la piel como céltico, un jugador muy comprometido que durante cuatro años completó unos registros de 109 partidos y ocho goles en liga.
El club gallego aceptaría una oferta lanzada por el Independiente que alejaría de Vigo al crack de Tucumán. Habiéndose ganado el respeto de todos en Balaídos, "El Tucu" supo convertir las críticas en halagos.